El desbridamiento ha sido uno de los pilares fundamentales para la curación de heridas. Desde la antigüedad se han utilizado todo tipo de recursos, desde naturales hasta sintéticos. Pero apenas hasta el siglo XIII se acepta que para la curación de una herida, se requiere la mayor limpieza posible de la misma.(1)
El desbridamiento es el retiro de tejido necrótico, esfacelo, tejido infectado de la herida (2), con el fin de controlar el tejido no viable, disminuir los elementos proinflamatorios, controlar el exudado, entre otros.(3) Existen diferentes tipos de desbridamiento y estos deben ser elegidos por el personal de la salud de forma individualizada según el paciente y el tipo de herida.
El primer tipo es el desbridamiento autolítico. Como su nombre lo indica, es un desbridamiento que funciona de manera natural. Las células fagocíticas y enzimas proteolíticas endógenas realizan la función de degradar el tejido necrótico y limpiar el lecho de la herida. Cómo única necesidad, en cuanto al microambiente de la herida, se encuentra la humedad.
La humedad fomenta la actividad endógena de desbridamiento, para lo cual es necesario utilizar vendajes o apósitos que favorezcan dicha necesidad . Por su naturaleza, atraumático, indoloro, bien tolerado por el paciente y cuando se asocia a desbridamientos cortante y enzimático muestra buenos resultados . Sin embargo, toma mucho tiempo, y su mal uso puede macerar los bordes de la herida, lo cual es contraproducente.
El segundo método es el desbridamiento enzimático. Principalmente se basa en terapia de enzimas exógenas como la colagenasa, estreptolisina, papaína entre otros. Su función se basa en la degradación de proteínas de la matriz extracelular desnaturalizadas como colágenos, elastina y fibrina además de degradación leucocitaria favoreciendo así la liberación de enzimas en sus gránulos. Todo lo anterior genera lisis y separación del tejido a desbridar.
Es un método que potencia su acción en presencia de humedad adecuada en la herida y es más rápido que el autolítico pero menos que el cortante. Es combinable con otros métodos. Sin embargo requiere de experticia para su aplicación ya que puede afectar la piel perilesional. Por otra parte su actividad puede ser limitada en presencia de jabones, algunos antimicrobianos y metales pesados.
Como tercero, podemos encontrar un método cortante de desbridamiento, consiste en retirar directamente el tejido. Se indica, primordialmente, en tejido necrótico o placas hiperqueratósicas. Se realiza con previo consentimiento informado del paciente y evaluando otras alternativas previamente. Es importante recalcar que es necesario máximo entrenamiento en procedimiento, generalmente realizado por enfermería.
Usualmente es realizado en varias sesiones buscando llegar a tejido vital, como los anteriores, se puede mezclar con otros tipos de desbridamiento para mejorar la eficacia del desbridamiento por sesión. Cómo dificultades se encuentran, la experticia del operador, la intolerancia por dolor, requiere materiales netamente estériles, riesgo de sangrado (contraindicado en alto riesgo de sangrado), ubicación de la lesión e introducción de carga bacteriana.
El método de desbridamiento osmótico es de los menos estudiado, su función se basa en las fuerza química de la densidad, aprovechando la fuerza hiperosmótica de las soluciones. Esto con el fin de lograr una separación del tejido no vital del vital. Suele ser utilizado en quemaduras. Se requieren apósitos especializados y con una alta frecuencia de recambio cada 12-24 hrs.(5)
El desbridamiento quirúrgico es un método poco selectivo, está enfocado en retirar todo el tejido no viable de forma masiva y usualmente en un solo tiempo quirúrgico. Dentro de sus bondades está el retiro exhaustivo del tejido no viable, infectado y seguridad de tejido viable lo que aumenta el flujo sanguíneo del área afectada. Sin embargo necesita personal altamente entrenado, tiempo en quirófano, algún tipo de anestesia o algún grado de sedación.
Uno de los que más evidencia tiene en su uso es el desbridamiento larval que ha empezado a tomar fuerza a nivel europeo y en general a nivel mundial, consiste en utilizar larvas de diferentes tipos de moscas usualmente Lucilia Saricata, Sarconesiopsis magellancia, etc…(3,6) la primera mucho más utilizada. Resulta ser un método eficaz ya que dichas larvas solo se alimentan del tejido desvitalizado, es rápido además de tener un efecto antimicrobiano bastante interesante ya que secretan unas enzimas como la
lucifencina que inhiben la multiplicación celular. Tiene como tercera característica positiva un efecto antiinflamatorio que se basa en la disminución de sustancias proinflamatorias como el peróxido de hidrógeno entre otras.
Este método es muy útil en heridas cavitadas, sin embargo funciona bien en todas las etiologías. Como dificultades se evidencia la necesidad de un estado de humedad preciso en el lecho de la herida, en exceso se pueden ahogar las larvas, en déficit no podrían sobrevivir. En adición, la dificultad más evidente es el disgusto que puede llegar a causarle al paciente y al personal sanitario.
Por último encontramos el desbridamiento mecánico, que gracias a los otros métodos, ha entrado en de uso casi hasta ser obsoleto. Consiste en aumentar la abrasión mecánica con gasas o cualquier otro tipo de apósito y existen diferentes técnicas(3). Es bastante traumático y solo está indicado si no se encuentra al alcance otro método de los anteriormente descritos.(7)
Para concluir, estos son métodos usualmente descritos en la literatura. Recordando que es parte fundamental de la curación de heridas y teniendo en cuenta la individualización del paciente y contexto de este para elegir la mejor opción. No existe un método GOLD STANDAR para la realización de curaciones en general.
Bibliografía
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- Palomar Llatas, F., Fornes Pujalte, B., Sierra Talamantes, C., Díez Fornes, P., Palomar Fons, R., & Zamora Ortiz, J. (2015). Desbridamiento osmótico de quemaduras domésticas de tercer grado con apósito de ringer. Enfermería Dermatológica, 9(26), 19-24.
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